Dios no
existe a menos que lo reveles. Porque de lo
contrario sólo declaras que Él existe sin ninguna base y por supuesto, no
puedes imaginar cómo es Él. Incluso si observas sus deseos, que están escritos
en la Torá como mandamientos, que son Sus
mandamientos y órdenes para ti, pero en realidad no lo describen.
De acuerdo con la sabiduría de la Cabalá, Dios es llamado Boreh, Creador, de las palabras
hebreas ‘Bo – Reh’ – ‘ven
y ve’, que significa algo que se logra con claridad, aparentemente
por la vista, que es el sentido más preciso.
Aparte de este logro, antes de que se alcance nada, cuando la
imagen del Creador aparece en los sentimientos, la raíz de todo lo que
descubrimos en nuestros atributos corregidos, especialmente, en la medida en
que los corregimos según nuestro propio estilo, no lo podemos lograr, se llama Atzmutó, Él mismo. Este nombre destaca Su
desconexión de nosotros. Por nuestra falta de logro y conexión entre nosotros,
es como si Él no existiera.
Los cabalistas también repiten que vuelven a lograr al Creador
cada vez, de acuerdo al cambio de sus atributos, ‘Bo-reh’.
Insisto en esto porque hay una gran diferencia entre decir que hay un Creador y sentirlo de acuerdo con nuestra equivalencia de forma con Él, que es lo que la sabiduría de la Cabalá llama Creador, esto es lo que el Creador espera de nosotros.
Insisto en esto porque hay una gran diferencia entre decir que hay un Creador y sentirlo de acuerdo con nuestra equivalencia de forma con Él, que es lo que la sabiduría de la Cabalá llama Creador, esto es lo que el Creador espera de nosotros.
(Rav M.Laitman, laitman.es)
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