La persona renace cada día y tiene que determinar su propio destino. La mañana es un estado en el que la persona recibe una nueva inspiración a causa de su incorporación en el grupo, en los estudios, en el taller, en la conexión con los demás. La persona no tiene ninguna otra oportunidad de recibir fuerzas espirituales, sino a través de su entorno. Si intenta penetrar más profundamente en el grupo y unirse con sus compañeros, entonces ella podrá sacar fuerzas de allí. (laitman.es)
0 comentarios:
Publicar un comentario