“Rabí
Shimón Bar-Yojai empezó a llorar, diciendo: ¡Ay si divulgo! y ¡Ay si no lo hago!...
ya que si no divulga, se perderán las revelaciones de la Torá; y si las revela,
tal vez se entera de los secretos de la Torá alguien que no los merezca”.
“Introducción
a la Idra Raba”, Libro del Zohar, Parashat Nasó
Los
cabalistas siempre han estado buscando maneras de divulgar al pueblo el método
de alcanzar la perfección. Pero esta no es una tarea sencilla, exigió de los
cabalistas un gran esfuerzo de superar toda clase de limitaciones.
En este
articulo de El Libro del Zohar,
atestiguamos el gran conflicto interno en el que se encuentra Rabí Shimon Bar-Yojai.
Tanto quiere compartir con el mundo los conocimientos de la Cabalá, pero teme
no ser comprendido apropiadamente.
Para
poder entender este conflicto y por qué es tan difícil, primero tenemos que
familiarizarnos con uno de los más grandes secretos: El significado verdadero
del término, “Torá” (Biblia,
en hebreo).
LA
TORÁ COMO CONDIMENTO
“Rabí
Shimon dijo, ¡Ay de quien dice que la Torá viene a contarnos simples historias!
Sino que todo lo dicho en la Torá, son cosas elevadas y secretos superiores”
(Libro
del Zohar, Parashá
BeHaalotjá).
El
Zohar nos revela que la Torá no es una acumulación de relatos
históricos o de leyes éticas terrenales, como fuimos acostumbrados a creer. De
hecho, en muchos lugares del Zohar,
se enfatiza: “Creé la inclinación al
mal, creé la Torá como condimento, ya que la Luz de la
Torá la reforma [a la
inclinación]”.
Los
cabalistas explican que la Torá es una fuerza especial, un
condimento, que tiene como objetivo
ayudarnos a realizar la Meta de la Creación, la de elevarnos por encima del ego
–la inclinación al mal–,
e igualarnos a la Fuerza Superior que rige la realidad: la fuerza de amor y
otorgamiento. La Torá fue impartida a los seres humanos, originalmente, sólo
con este propósito.
La Torá
tiene una cualidad especial; si se la usa conforme a su objetivo, es decir, con
la intención de asemejarnos a la Fuerza Superior, nos eleva a una vida
completamente diferente. Pero si nos involucramos en ella por otros motivos,
puede hacernos daño; como está escrito: “Logró, se le
convierte en Poción de Vida.
No logró, se le
vuelve Poción de Muerte”,
(Masejet Yomá, 72, 72).
La
expresión Poción de Muerte significa
que la ocupación en la Torá incrementa el egoísmo. O sea, aparte del ego
corporal, se le añade al individuo un ego espiritual.
Este
incremento de egoísmo le causa al individuo sentirse como un hombre virtuoso,
justo, que merece pago del Creador y de los demás seres humanos, tanto en este
mundo como en el próximo, y que ya tiene su lugar “reservado” en el paraíso.
Esta es la razón por la que Rabí Shimon Bar-Yojai clama con “¡Ay!”
en la cita mencionada.
Rabí
Shimon quería presentar la sabiduría de la Cabalá sólo a aquellos que tuvieran
la necesidad verdadera de corregirse a sí mismos y asemejarse al Creador. Pero tuvo
el temor de que se hiciera con esta sabiduría lo que se ha hecho con la Torá, o
sea, que se ha usado como un medio de obtener honores, dinero y control.
Además, tenía miedo que se interpretara literalmente.
Por
consiguiente, escribió su libro sagrado de El Zohar en
codificación especial, sabiendo que éste sería ocultado
por milenios hasta que la generación estuviera lista.
ASCENDER
LA ESCALERA ESPIRITUAL
“Rabí
Shimon alzó sus manos y lloró, lamentando ¡Ay de quien se encuentre en aquel
tiempo!, y bienaventurado será todo aquel que suceda encontrarse en ese tiempo.
E interpreta: ¡Ay de quien se encuentre en aquel tiempo!, porque cuando venga
el Señor a ver la cierva, examinará todos los hechos de cada uno…
bienaventurado será todo aquel que suceda encontrarse en ese tiempo, porque
logrará aquella Luz de la Felicidad del Rey”, (“Advenimiento
del Mesías”, Libro
del Zohar, Parashá
Shemot).
En
lenguaje pintoresco, describe El Zohar a
Rabí Shimon Bar-Yojai, mirando hacia el futuro y lamentando los tiempos del
final del exilio, en los que sería necesario divulgar la sabiduría de la Cabalá
con el fin de realizar la Meta de la Creación. Rabí Shimon está consciente de que
parte de las personas harán un mal uso de ella, y es lo que lamenta.
Le duele
a Rabí Shimon concebir que las personas –acostumbradas a utilizar la Torá,
incorrectamente, reprimiendo las preguntas existenciales que les surgen– se acerquen
a la Cabalá de la misma manera equivocada. Es acerca de ellas que clama ¡Ay!
Sin
embargo, agrega de inmediato, que también habrá muchos otros que alcanzarán la
gran Luz a través de ella. “Bienaventurados” aquellos
en los que despierte la pregunta “¿para qué
vivimos?”, ya que ésta los vinculará con la
“Luz que reforma”, cubierta en
los libros de Cabalá. Entonces, “cuando el Señor
venga a ver la cierva”,
o sea, cuando la Luz Superior venga a llenar las almas, podrán estas personas
deleitarse con “la felicidad
del Rey”.
Nuestra
generación es afortunada por haber recibido el Comentario Sulam
(Escalera, en hebreo) de El
Libro del Zohar. Esta interpretación es la
primera y única que le permite
al ser humano dirigirse correctamente hacia el estudio
de la Cabalá y descubrir el tesoro que ha ocultado
Rabí Shimon en el Libro del
Zohar.
Este
comentario tiene un nombre apropiado –Escalera (El
significado de Sulam,
en hebreo)–, ya que sirve como
una escalera para ascender directamente a la plenitud.
El
nacimiento de este Comentario Sulam del
Libro del Zohar en nuestra
época no es casual; es una prueba irrefutable
de que estamos realmente acercándonos a “La
Luz de la
felicidad del Rey”.
Por Rav Dr. Michael Laitman
(La voz de la Cabalá)
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